Busca el espacio ideal

 

Elige el espacio ideal para que el niño estudie gracias a una mesa amplia y ordenada en la que tenga espacio para estar cómodo con sus libros y cuadernos. Una zona luminosa es confortable para cuidar la vista.

 

Sigue con tus rutinas

 

Mientras el niño estudia sigue con tus rutinas domésticas o puedes aprovechar también, para leer el periódico o un buen libro. Muestra que confías en que él puede hacerlo por sí mismo y no caes en la sobreprotección. Facilita a tu hijo la tarea evitando distracciones innecesarias como tener la televisión encendida.

 

Fija un horario

 

Fija un horario de estudio porque los niños se sienten más cómodos cuando integran rutinas y saben qué viene antes y después en el tiempo.

 

Cuando el niño haya finalizado su tiempo de estudio acércate para comprobar si ha hecho toda la tarea. Para ello, podéis ir tachando juntos en la agenda todas las actividades realizadas. Busca una motivación de disfrute para después del tiempo de las tareas ya que así el niño

también descansa y desconecta.

 

Tener un profesor particular

 

Es mucho mejor buscar un profesor particular ajeno a la familia para que dé clases al niño antes que sea el padre o la madre quien ejerza como tal. Al tener un profesor particular el niño se enfrenta a las tareas con otra actitud.