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¿PORQUÉ MI HIJO PIERDE LAS COSAS?

Enséñale la responsabilidad

Para que un niño interiorice la necesidad de cuidar sus pertenencias, debe comprender que cuando algo se rompe o se pierde él es el principal afectado. Si cada vez que Juan vuelve a casa sin algo, su madre le regaña, pero se lo reemplaza sin más, Juan seguirá dejándose sus cosas por ahí. Por el contrario, si Juan sufre las consecuencias de la pérdida, la próxima vez pondrá más interés.

Lo más adecuado es que las consecuencias negativas surjan de la propia falta del objeto perdido. Por ejemplo, si pierde el balón no le compramos otro con el que seguir jugando. Pero esto no siempre es posible; no vamos a dejar que se constipe por haber perdido el gorro o que se retrase en los estudios por perder el libro de lengua. En estos casos, podemos imponer un castigo relacionado como comprar el objeto con el dinero de su hucha o, si se trata de algo caro, dejarle sin paga hasta que abone su parte. Otra posibilidad sería imponerle algún tipo de tarea extra en el hogar o reducir alguno de sus privilegios como quitarle unos días la videoconsola o disminuir el tiempo que puede ver la televisión.

 

Por supuesto, es importante mostrarle que ser responsable también tiene sus consecuencias positivas: a mayor responsabilidad mayores privilegios y más libertad.

 

El niño despistado

 

Quizás estás pensando que tu hijo es muy responsable, pero aun así pierde las cosas. Con niños muy despistados también podemos aplicar la estrategia ya señalada pero habrá que trabajar para evitar estos olvidos. Una buena manera es elaborar guiones que le ayuden a recordar.

Se trata de elaborar pequeñas historias que le sirven para recordar: “Antes de ponerme el abrigo compruebo que llevo todo en la mochila –estuche, cuadernos, libros-. Y antes de salir del cole compruebo que llevo todo puesto –jersey, gorra-“.

Para ayudar al niño a poner en práctica estos esquemas, hay que empezar por aplicarlos en casa. En una primera fase, le damos instrucciones concretas: “Antes de ponerte el abrigo vamos a comprobar qué llevas en la mochila… Ahora que hemos visto que está todo, antes de salir de casa vamos a repasar qué llevas puesto…”. A medida que el niño va aprendiendo, hay que reducir el número de indicaciones –has comprobado que tienes todo lo que necesitas- hasta eliminarlas por completo. Así se establece una rutina diaria que favorece la atención del niño. Para reforzar el proceso, háblale de sus avances. También puedes darle algún premio que haga referencia directa a sus logros –"como has cuidado tan bien tus cosas y no has perdido nada en toda la semana, te voy a comprar un cuaderno con la portada que más te guste".

 

Ísar Monzón

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